El artículo recoge observaciones de distintos autores acerca de la postmodernidad como tiempo de duda e incertidumbre. Se preocupa por los desafíos que ello significa para la religión, en general, y para las llamadas “religiones del libro”, en particular. La pregunta que queda flotando es acaso ellas aceptarán asumir la duda como principio religioso y qué se seguiría de ello principalmente en el campo ético-moral.